30 abril 2016

NUESTRAS HISTORIAS YA NO SON TAN ROSA


Por: María Molina


Con los avances surgidos en la industrias de los medios audiovisuales y lo farandulero que es el público venezolano. ¿Tenemos en la televisión venezolana actual buenas producciones en cuanto a contenidos, elenco artístico y  calidad comercial?

En los medios de comunicación la trasmisión de imágenes HD en inglés High Definitión o Alta Definición; busca crear sonidos y vídeos con mayor píxelaje, convirtiéndose en una estrategia que permite ampliar el espectro comercial captando usuarios de Televisión por Suscripción y Televisión Digital Terrestres TDT.

Actualmente, las producciones nacionales que se exhiben en la televisión de Venezuela no son novedosas, generando poco interés en el público y  decadencia en la calidad de innovación creativa.

Los usuarios de la televisión actual, optan por suscribirse compañías de cable y cambiar de canal a cualquier programación internacional, que no siempre suele ser educativa o de entretenimiento sano, pero que curiosamente genera interés hasta el punto de sentir un placer culposo.

Las redes sociales como YouTube también generan interés en la audiencia y hacen famosos a personas comunes hoy llamados Influencer, con miles de seguidores que son capaces de comunicar situaciones reales con una cámara de un teléfono móvil y facturan de forma comercial por visitas siendo ellos mismo los productores, guionistas y protagonistas de sus historias.






La época dorada de las telenovelas en Venezuela



En la década de los años 70, 80 y 90, la televisión en Venezuela realizaba producciones dramáticas que fueron un éxito en el mercado mundial, convirtiéndose la industria de la televisión en un referente para muchos países de Latinoamérica que comenzaba a dar sus primeros pasos en la producción de contenidos audiovisuales.

Muchas de telenovelas producidas en el país fueron transmitidas en varios países alcanzando niveles de audiencias con Récords Guinnes. Mucho de los actores que participaron en la época dorada de las telenovelas se consagraron en el medio  y las casas productoras pasaron hacer escuelas de formación de talento no solo nacional si no internacional. 

Desde los años 50 la industria de la televisión venezolana fue precursora de historias rosas como: Esmeralda, Cristal, Topacio, La Dama de ROSA, Las Amazonas, Kasandra, Dulce Ilusión, La Señora de Cárdenas.

Se arriesgaron a contar historias en telenovelas como:  Por estas Calles, Ifigenia, Ines Duarte Secretaria, Leonelas, El País de las Mujeres o adaptaciones literarias como Doña Barbara, Canaima, Pobre Negro entre otros.




Kassandra, telenovela venezolana producida por Coral Pictures para la cadena privada RCTV en 1992.

La televisión en Venezuela del siglo XX.

En la actualidad,  las productoras de televisión en Venezuela apuestan por historias repetidas, actores con poca preparación profesional sacado de cualquier concurso de belleza y contenidos pocos ingeniosos; convirtiéndose en una repetición constante, aburridas, con interpretaciones poco creíble de dramas que se convierten en burlas.

Cada vez son mas las casas productoras que por distintos motivos han cerrados sus puertas, lo que ha generado una menor producción de contenidos dramáticos. Mientras  las  empresas audiovisuales existentes apuestan por la compra de producciones extranjeras para ahorrar  gastos en un país donde los medios no escapan a la crisis.

Según los ejecutivos y productores de televisión alegan que la ley de comunicación y la situación económica del país son limitantes que influyen para contar historias en grandes producciones, situación en la cual coincido, pero pienso que la situación debe ser un reto para desarrollar la creatividad como artistas y atraer un mayor número de audiencia.


El televidente de esta generación quiere  ver su realidad contada, quiere sentirse identificado en la pantalla, conocer de historias y al mismo tiempo que sus sentidos se vean estimulados por actuaciones que usan  la tecnología como herramienta.
Ya que no tiene sentido contar con equipos de última concepción, si no se pone el mayor interés en traspasar los limites de la creación.